”Qué Onda” en la casa - Entrevista con Alan Queipo de Radio Gladys Palmera
Alan Queipo es un periodista argentino radicado en España que tiene una antena muy especial para unir muchas de las escenas que suceden en las distintas esquinas de Iberoamérica. Mucho de este conocimiento lo imprime en su programa "Que Onda” junto a José Fajardo para Radio Gladys Palmera, pero también lo comparte a través de sus aportaciones a distintos medios y su trabajo de management en SONDER (una empresa que entre varios artistas trabajan con Baiuca), entre varios proyectos más. En esta entrevista comenzamos revisando los primeros pasos de su carrera en la música, para después preguntarle su perspectiva sobre varios temas que van desde la folktrónica, al Regional Urbano, a la relación de las escenas en América Latina y a la percepción de la música latina por el público español, entre otras cosas.
Sabemos que tienes un show en Radio Gladys Palmera, también que colaboras para Hoy Empieza Todo Radio, te hemos leído textos en Mondo Sonoro, que trabajas en programación de conciertos y también en la empresa de management SONDER. ¿Hay algo más que deberíamos saber? o más bien ¿Cómo le puedes explicar a alguien que no te conoce a qué te dedicas hoy en día? ¿Cómo es un día típico de tu trabajo?
Hace unos años alguien hubiera intentado denominar esto como multitasking u ‘hombre del Renacimiento’, pero lo cierto es que el término más fiel es el de POBRE, ¡y que por eso tengo que hacer tantas cosas!… jajajajaja. En realidad, yo tengo formación periodística, y durante muchos años he estado trabajando sobre todo de periodista o crítico cultural, pero siempre conectado con la industria de la música.
Pero siempre he estado en contacto con la música: he tenido mis bandas de adolescente, y siempre he estado ligado a la difusión de artistas. Primero como periodista, pero entre medias creé un sello discográfico que se llamaba Crispis Editorial junto con uno de mis mejores amigos (Carlangas, el líder de Novedades Carminha, una banda muy conocida en el circuito alternativo español), y allí editamos de manera bastante amateur varios artistas que conocíamos y a los que no se les daba oportunidad.
Crispis duró alrededor de dos años, pero era muy difícil para Carlangas que sea compatible ser la cara visible de un proyecto conocido y, a la vez, tener capacidad negociadora para desarrollar otros artistas que no sean él. Y ahí es donde decidí seguir por mi cuenta, heredar gran parte del catálogo que teníamos en Crispis y crear Raso Estudio.
Con esta nueva mutación se puede decir que, con lo aprendido en la experiencia anterior y una visión algo más horizontal y clara de qué es lo que quería editar en el sello, empecé a trabajar con artistas con mucha conexión con la tierra (desde Baiuca a Zuaraz, Ruiseñora, Aliboria, Guadalupe Álvarez Luchía, Antía Muíño, etc.) pero también con una mirada bastante transgresora a la hora de acometer lo que entendemos como música pop o rock (Blanco Palamera, Néboa, Luca Yeezu, Parquesvr, Mandale Mecha, mariagrep…).
Lo cierto es que el sello está muy bien posicionado, y también le estoy tratando de dar un componente de internacionalidad centrado en artistas latinos cuyo enlace en España o Europa soy yo, como es el caso de la ecuatoriana LaTorre, los argentinos Lujo Asiático o Federico Estévez, los brasileños Mandale Mecha; o incluso artistas de origen latino residentes en Madrid como los mexicanos Zuaraz, el peruano Martín Guerra o la argentina Guadalupe Álvarez Luchía.
Estas labores en el sello, que es mi prioridad, las equilibro con trabajos de PR, que lo hago bajo el nombre de la agencia Piola Comunicación, y trabajo para otros artistas, sellos o eventos (he trabajado con nombres como Hinds, Califato ¾, Silvana Estrada, Alex Ferreira, Nicola Cruz, Perotá Chingó, Haydée Milanés, Mitú, Sexy Zebras, el festival Sound Isidro, el Festival Marvin, el ciclo Madrid Brillante, los sellos BMG, Ernie Records, Madame Vodevil, Ground Control, Club Ruido, World Circuit, ZZK y Humo Internacional); y mis labores de management y booking en Sonder, donde trabajamos con artistas como Chancha vía circuito, El Búho, Baiuca, Kaleema, Blanco Palamera, Frikstailers, BeGun, Akkan, etc.
¿Cómo comenzaste en la música? ¿Cómo llegaste a este momento profesional de tu carrera? ¿Cuáles han sido los mentores más importantes en este proceso?
No hay un momento concreto, en realidad. Desde bastante pequeño que me gusta la música, y siempre tuve claro que quería dedicarme a la comunicación. Supongo que mi forma natural siempre fue cruzar ambas vertientes: haciendo radio, escribiendo, poniendo en marcha un sello, haciendo comunicación para artistas y sellos, organizando conciertos, formando parte de festivales, etc.
Creo que todo está muy conectado, y por eso me llama la atención de que la gente se sorprenda de que haga ‘tantas cosas’, cuando a mí todas me parecen muy similares. Si no hubiera trabajado tantos años como periodista cultural buscando enfoques para que el lector se interese por determinados artistas, no hubiera tenido esa mirada también a la hora de fichar artistas y buscar manera de ‘venderlos’, luego.
A pesar de no venir de una familia ni de músicos ni de artistas, ni nada relacionado con ello; siempre hubo música en casa. Sin la BSO que mis padres pusieron desde que era pequeño (desde rock argentino de los ’70 y ’80, de Charly García a Juan Carlos Baglietto, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota o León Gieco; hasta Sabina, Serrat, Bob Marley o Luis Miguel) no sería lo mismo.
Pero también hay personas como Agustín López Costa Paz (ahora trabajando en Industria Works), Javi Ferrara (director de Sound Isidro) o Alejandra Fierro Eleta (directora de Radio Gladys Palmera) que, además de inspiración, son amigos muy cercanos de los que llevo años aprendiendo y me quedan muchos años por aprender; y modelos de sellos icónicos como el Mandioca de Jorge Fernández o el Nuevos Medios de Mario Pacheco.
Pero tampoco sería posible sin el alimento inspirador que me da la mirada de compañeros generacionales a los que tengo como referentes como Miles Cleret de Soundway Records, Pablo Fernández de Humo Internacional, Daniel Rodríguez de Repetidor Disc, Marc Campillo de Foehn Records, Javier y Nani de Los Años Luz Discos, todo el colectivo sevillano Breaking Bass Records, Grant C. Dull de ZZK Records, Robin y Agustín en Shika Shika o Facundo Cruz de Clix, por mencionar solo a algunos; o espacios de comunicación como Worldwide FM, NTS Radio, KEXP, NPR, Remezcla, Radio Ambulante, Vorterix, Futurock o nombres como los de Gilles Peterson, Albina Cabrera, Moni Saldaña, Ángel Carmona o Federico Bareiro.
¿Cuéntanos cómo fue que se dio la oportunidad de hacer tu programa “¿Qué Onda?” en Radio Gladys Palmera?
Yo comencé a colaborar en Radio Gladys Palmera como redactor cuando aún dirigía el portal cultural Notodo (el que fue mi trabajo durante casi una década: un proyecto de difusión cultural que formaba parte de la empresa de gestión cultural madrileña La Fábrica) y, a la vez, colaboraba como freelance con otros medios como MondoSonoro o Zona de Obras, entre otros.
A finales de 2018 es cuando se acaba mi trabajo en Notodo, y cuando durante unos meses parecía que Gladys Palmera iba a mutar en otra cosa diferente. Pero en una visita a la Colección impulsada por la propia Gladys y por la que hasta unos meses antes había sido la encargada de marketing y comunicación (Teresa Navajas), coincidí con el periodista José Fajardo allí y surgió, en medio de una charla informal con Gladys, la posibilidad de presentarle algún proyecto para hacer en la radio.
Quedamos esos días siguientes José Fajardo y yo, y coincidimos en que veíamos que en la emisora había muchos programas buenísimos que hacían un repaso de la música latinoamericana de años anteriores, pero ninguno que hable del presente y el futuro. Y ahí es donde le propusimos hacer un magacín semanal que hable de la música iberoamericana que suena y que sonará, con un tono desenfadado y que aporte otros matices a la parrilla de Gladys Palmera, y le encajó.
Luego, hemos ido sumando mayor presencia en Gladys Palmera por la confianza que la propia Gladys nos ha dado; y tenemos una sección de críticas de discos que se llama Mor-discos, hacemos playlists editoriales los dos junto a Andrea Antón (la técnico de grabación de nuestros programas y pieza fundamental de la emisora); hacemos entrevistas, elaboramos reportajes temáticos, etc.
Ahora mismo es, junto con mi colaboración quincenal en el programa “Hoy empieza todo” de Radio 3, mi única pata formalmente periodística en lo profesional, ya que me he ido centrando en mis otras labores como profesional de la comunicación y la música: como PR, como booker, mánager, editor, etc.
¿Qué Onda? es una antena que recoge música latina de muchas partes del mundo. Además del gen latino, ¿Cuál es el tema central del programa, algo que tengan en común todas las ediciones o que tengas en mente cuando organizas la programación del show?
La contempornaneidad. Muy puntualmente hemos hablado de cosas del pasado, pero nuestra misión en el programa es hablar, semanalmente, de dos tendencias contemporáneas que identificamos. La gran mayoría de las cosas que hablamos no vemos que se estén contando en otro medio de comunicación.
Se puede decir que jugamos a eso de ‘cazar tendencias’, pero también tratamos, en los temas que elegimos, de las derivas que ha ido tomando la música iberoamericana; por qué surgen las tendencias musicales que surgen, de dónde vienen y hacia dónde van.
Hemos encontrado un formato equilibrado en el que cada uno de los dos (José Fajardo y yo) abordamos un eje temático cada uno por programa. De esta manera, en cada programa se habla de dos ejes temáticos y, además, damos también voz a algunos artistas iberoamericanos que presentan ellos mismos sus nuevos singles o trabajos.
De vez en cuando solo se habla de un eje temático más largo, o hacemos reportajes donde recabamos testimonios de profesionales de distintas facciones del sector musical; pero la regla general es la de dos ejes temáticos + la participación de artistas.
¿Qué es lo que más te llama la atención de la música que cubres en ¿Qué Onda?, ya sea una escena en específico o un fenómeno que tenga que ver con otros elementos más allá de la música.
Cambiaría mi respuesta según el mes en el que te la tenga que contestar. Te diría que, a pesar de que desde la opinión pública siempre se intente reducir el término de “música latina” a una serie de artistas, géneros o patrones; creo que en programas como el nuestro se demuestra la riqueza que existe en la música latinoamericana o iberoamericana, y cómo lo que pasa en Latinoamérica cada vez es más importante en las músicas occidentales.
Se ha demostrado en los últimos años con la expansión del reggaetón, sí, pero también surgen un montón de tendencias muy interesantes que luego forman parte de la genética del sonido global: movimientos como el de la folktrónica, los corridos urbanos, el pop alternativo de autor, la influencia de los ritmos latinos en las músicas de baile occidentales o la recuperación de códigos de las músicas tradicionales son algo que, más allá de que gusten o no, son importantísimos para entender las derivas de la música que escuchamos y que vendrá en el resto del mundo.
Recientemente vi que comenzaste una sección que se llama “Hasta la raíz”, que tiene que ver con fusiones de música de raíz con electrónica. ¿Tú cómo describes el enfoque de esta sección, cuál es el tema central del programa y cómo es esta sección se diferencía con lo que normalmente cubres en “¿Qué Onda?”?
Sí, es una sección que tendré mensualmente en Gladys Palmera, en el plan que te comentaba antes de que la confianza que nos ha ido Gladys ha permitido ir proponiendo otro tipo de contenidos. Tengo que puntualizar que no solamente será de las conexiones de la música de raíz con electrónica, sino también con metal, con cumbia, con rock, con pop, con músicas urbanas, etc.
Me interesa esa capacidad líquida e infinita que tienen las músicas tradicionales, sean de donde sean, a acoplarse a otros géneros que tienen menos capacidad de movimiento. La riqueza de las músicas tradicionales consiguen hacer mestizo cualquier género, y a la vez que reivindica el valor de las culturas tradicionales, también demuestra que la idea de “frontera” también es ridícula cuando se habla de música.
La diferencia con “¿Qué onda?” es que esto es una sección mensual que está más cerca de la idea de playlist o de reportaje hablado que de programa de radio. Hay una pata que es una explicación-comentario por escrito, pero también hay un aterrizaje de la selección mensual que hago en una playlist con comentarios míos. Es uno de esos formatos híbridos que iremos explorando en Gladys Palmera a lo largo del año.
¿Qué es lo que más te llama la atención de la música que cubres en Hasta La Raíz, ya sea una escena en específico o un fenómeno que tenga que ver con otros elementos más allá de la música.
Ahora mismo me está interesando mucho profundizar en las mixturas y mezclas de razas sonoras que hay en países de la Europa eslava, de Asia, de África. Creo que nos hemos centrado mucho en lo que pasa en Occidente y, en el caso de nosotros que somos latinos o hispanos, también en España o Latinoamérica.
No es que me haya cansado de ello ni muchísimo menos, pero creo que hay un carácter exótico y a la vez algo inédito para los grandes medios que habita en las músicas que se están haciendo en los países nórdicos y en los eslavos en Europa; o en zonas como Oriente Medio; o países asiáticos que desconocemos sus músicas tradicionales y hasta las marginamos cuando hablamos de ellas.
Es difícil saber dónde encontrar información de esto, y uno de los objetivos de esta sección es poder ser uno de esos espacios donde ese tipo de músicas, pasadas por el filtro de lo contemporáneo o moderno, vayan a poder sonar.
¿Cómo es la relación del público español con la música latina? ¿En qué medida se ve como música de un migrante poco sofisticado al que rechazan? ¿En qué medida se ve como algo exótico - pero quizás cliché? ¿En qué medida se ve como algo en tendencia, ya sea por sí propio o por poner en castellano influencias de Estados Unidos? ¿Hay alguna otra comparación o concepto de cómo vive el público español la música latina que te gustaría incluir?
Creo que el propio concepto “música latina”, como pasó también con otros términos ambiguos y casi racistas como “world music” para meter en ese saco todo lo que no es occidental o que se sale de los cánones comerciales, minimizó mucho la riqueza de la música de América Latina.
Me da la sensación de que en España, hasta hace muy poco, cuando se hablaba de “música latina” se pensaba en músicas de baile como la salsa o la cumbia, o en nombres como los de Ricky Martin, Shakira, Gloria Estefan, Chayanne, Elvis Crespo, Maná o Luis Miguel. Ahora no es que ese término sea mucho mejor: al hablar de “música latina” posiblemente se está hablando, concretamente, de reggaetón.
Pero sí que identifico que en España se ha ganado en matices. Ya no se generaliza tanto, y creo que ha ganado más peso el propio género. Sea reggaetón, sea cumbia, sea salsa, sea bolero, sea ranchera, sea tango, etc.
Sigue habiendo cierto automatismo por parte de la opinión pública en encasillar a la música latina, seguramente. Pero nada que no pase fuera al hablar de “música española”: o piensas en flamenco o piensas en Alejandro Sanz, David Bisbal y Enrique Iglesias.
Es algo que pasa con absolutamente todo, pero la llamada ‘democratización de la música’ que ha permitido internet, a pesar de todos los daños que haya podido hacer a la genética de la industria de la música, también ha aportado más claridad acerca de qué (y qué NO es) es cada cosa, cada artista, cada género.
Aprovechando que desde España y con un show como el ¿Qué Onda? puedes ver la música nueva de América Latina a la distancia. ¿Qué diferencias generales ves entre la escena musical en Argentina y México? Por ejemplo, parecería que en Argentina adoptaron el trap de forma más masiva que en México. ¿Tú qué opinas al respecto? ¿Te gustaría incluir algún otro país en esta comparación trans-latinoamericana?
Siempre ha habido una especie de ‘batalla imaginaria’ en torno a las industrias argentina y mexicana, como si hubiera que elegir a una como la centralita de las tendencias de la música latinoamericana. Y me da la sensación de que, en lo que llevamos de siglo, la industria colombiana y, en segunda medida, la puertorriqueña han sido más trascendentes, al menos en generación de artistas, que la mexicana y la argentina.
Creo que el boom del trap aún tiene muchas cosas que decir en Argentina, y sí que posiblemente sea la escena urbana más entroncada al trap con mayor cantidad de nombres propios de gran proyección internacional: Duki, KHEA, Neo Pistea, Trueno, Bizarrap, CA7RIEL, Ysy A, WOS, Nicki Nicole, L-Gante, todo el colectivo RIP Gang, etc. Es infinito, prácticamente. Y lo es porque, en realidad, me da la sensación que el trap argentino encontró mayor ‘voz propia’ que el trap de otros países, donde suena todo más homogéneo. No obstante, creo que en Argentina están pasando otras muchísimas cosas interesantes, pero que el foco se lo está llevando el trap por encima de sus posibilidades, y es un error por parte de los ejes mediáticos.
En cambio, en México y otros países me parece que hay mayor equilibrio en ese aspecto. Aunque si tuviera que destacar un movimiento que me parece especialmente interesante en México es el de la deconstrucción del formato ‘canción’: artistas como Ed Maverick, Silvana Estrada, Daniel, me estás matando, Natanael Cano, Mi sobrino Memo o Caloncho demuestran que el concepto ‘cantautor’ puede ser infinito.
Pensando que en 2010 empezaba el final de la época de los blogs y que a partir de 2015 se dio el boom del reggaetón pop global actual. ¿Cómo describirías los cambios que ha vivido la escena latina alternativa global en estos 10 años? ¿Hay algún tema principal de este cambio que te llame la atención por encima de los demás?
Creo que lo que claramente ha marcado el último lustro ha sido la importancia que tiene el universo de las playlists editoriales en la industria. A pesar de que lo que se recauda por reproducción son, literalmente, migajas; me da la sensación de que la unidad de medida de todo son el número de reproducciones, de oyentes mensuales y la capacidad de entrar en playlists editoriales de influencia.
A su vez considero que, como ha pasado con Napster, con el eMule, con el MySpace y con los blogs; llegará un momento en el que Spotify también quede obsoleto y se pase a fijar las miradas en otro espacio. Aún no sabemos cuál es, pero está claro que el ascenso de plataformas como Twitch o Tik Tok o la irrupción de Clubhouse, entre otras cosas, pueden darnos algunos indicadores de hacia dónde irá virando la mirada de la juventud.
Últimamente el Regional Mexicano está tomando mucha fuerza en México. En parte porque las majors y las DSP’s lo están promocionando mucho. ¿Qué opinas de esto?
Una multinacional nunca hace nada por amor al arte o por apostar a ciegas por algo. Si están invirtiendo mucho dinero en el Regional Mexicano, sea más ortodoxo o más vanguardista, es porque ahí hay dinero. El mercado no engaña nunca: si ve que puede ganar dinero en un sitio, allí invertirá.
Les costó mucho tiempo querer invertir en reggaetón y trap hasta que vieron la oligofrenia de cifras que se generaban. Entiendo que ahora van a la caza de la tendencia, y habrán visto indicadores que demostraban que había algo en el Regional Mexicano que les parecía que podía dar mucho dinero.
Me parece una buena noticia, de todos modos. Solo el hecho de imaginarme que, de repente, la música regional mexicana se pueda escuchar en radios comerciales o en playlists con muchísimos seguidores de Asia, Europa o países occidentales me hace soñar con que quizás un día pueda llegar a pasar lo mismo con las músicas regionales de otros territorios; lo que sería una manera muy interesante de que la música de raíz, donde se originó todo, tiene aún muchas cosas que decir no solo espiritual y culturalmente, sino también comercialmente.
Tocando el tema de la folktrónica (Nicola Cruz, El Búho, Baiuca, Chancha Vía Circuito). ¿Podrías decir que este género es un estilo musical que permite que artistas iberoamericanos sean quienes marcan la tendencia? O ¿Crees que eso está más pegado a lo que marcan los mercados de house de costumbre y/o quizás los centros vacacionales como Ibiza / Tulum - otros? ¿Qué opinas al respecto?
Creo que la folktrónica es uno de esos movimientos perfectos para entender que las músicas de antes de ayer y pasado mañana se pueden dar la mano. Todos esos artistas que mencionas y otros muchos más, han sido de los primeros en reivindicar sus raíces y, a la vez, conectarlas con un universo absolutamente contemporáneo y vanguardista.
Mucha gente que veía la música tradicional como algo más asociado con un público rural o viejo, se ha encontrado con propuestas que funcionan tanto en el circuito de discotecas como en el circuito de música alternativa de masas, en hilos musicales, en fiestas patronales o regionales; y que además son propuestas que se entienden como vasos comunicantes entre artistas de primera mitad del siglo XX con exploradores o alquimistas musicales que, a través de esas conexiones, proyectan, de algún modo, la música del mañana.
No identifico mucho a estos artistas con esos circuitos vacacionales como Ibiza o Tulum. Sí que hay algunas discotecas o fiestas dedicados a ese tipo de música, de corte más chill y espiritual; pero Ibiza, por ejemplo, está mucho más apegado al deep house o al techno: nombres como Solomon, Richie Hawtin, David Guetta o Carl Cox siguen siendo los que marcan la BSO de la isla.
Me da la sensación de que el triunfo de la folktrónica es, precisamente, ser un género equidistante: lo mismo pueden actuar en salas de mediano o gran aforo como un grupo de rock alternativo que participar en el Coachella, hacer una gira por Tulum o tocar en un festival de electrónica de corte techno.