Como lo menciona Melgar Wong en su artículo sobre “Afrotrónicos”, durante los últimos diez años ha habido más y más artistas peruanos explorando las conexiones entre los sonidos y ritmos afroperuanos y la electrónica translocal de géneros como el grime, el dubstep, el trap o el global bass.
A pesar de que existe una larga lista de intentos para combinar estos dos mundos, parece que es apenas hace poco que hay suficiente música circulando en línea para empezar a tener el sentimiento de una “escena” de música electrónica inspirada por la cultura afroperuana. Esto se puede sentir por la aparición de una seguidilla de álbumes cuyos conceptos están anclados hacia este concepto. Algunos ejemplos de esto incluyen a Dengue Dengue Dengue’s y su álbum “Zenit & Nadir”, el compilado "Ritmo Diablo" de Terror Negro Records y el “Proyecto Zambo” de Tribilin Sound y Rolo Gallardo, por nombrar algunos.
Dengue Dengue Dengue - Agni
Deltaron - Hijo del Diablo
Proyecto Zambo Tribilín Sound & Rolo Gallardo (feat. Dengue Dengue Dengue)
- Chinchivi
A medida que vamos saltando a través de cada uno de estos lanzamientos se empieza a sentir una identidad musical en común alrededor de las texturas de la quijada, el cajón peruano y la cajita. En esta nueva música los característicos tresillos y otros polirritmos del festejo, y las melodías de landó de artistas como Nicomedes Santa Cruz or Ronaldo Campos, entre otros, chocan de frente con la electrónica pan-africana impulsada por productores como Hagan, Gaffacci, PEDRO and DJ TSVI.
A pesar de este repunte en la cantidad de electrónica combinada con influencias afroperuanas dando la vuelta, el número de artistas que trabajan este estilo todavía es reducido. Esto es similar si miramos a la cantidad de espacios en donde la comunidad artística y melómana puede intercambiar música y experiencias de manera específica alrededor de este tipo de música, como lo serían las fiestas, los blogs de música o los shows de radio.
Es por eso que nos hacemos las siguientes preguntas:
¿Podemos hablar de una escena de electrónica inspirada por la cultura afroperuana en boga actualmente? ¿Acaso esta escena se puede mantener en el largo plazo e inspirar al mainstream? ¿O, acaso será que esta comunidad de productores ayudarán a aumentar el catálogo de experimentaciones electrónicas con influencias afroperuanas pero finalmente se dispersarán antes de que se pueda hablar de una escena como tal?
Esto es lo que vamos a tratar de averiguar a continuación.
Una historia rápida sobre música electrónica inspirada por la cultura afroperuana
La historia de la fusión entre los sonidos y ritmos afroperuanos y la electrónica va bastante atrás en el tiempo. Como lo menciona el etnomusicólogo Luis Alvarado en "Una Aproximación a la música electrónica de Perú", uno de los ejemplos más tempranos de esto es el track de 1985 “Brian Meno” donde Miki Gonzales hace una combinación entre pop electrónico y ritmos de festejo. Más allá de esa ligera probadita, probablemente el primer artista que hizo colisionar a toda velocidad estos dos tipos de música sería Kollantes, un productor de IDM, jungle y drum and bass muy en el estilo de Aphex Twin. En 2003 le dio a la música afroperuana un tratamiento completamente electrónico via samples en su álbum Kollasuyo Chichaisuyo.
Miki Gonzalez - Brian Meno
Kollantes - El llamado
Desde ese entonces, podemos encontrar distintos ejemplos de artistas peruanos que trabajan en esta cruza de estilo ya sea desde las escenas subterráneas o de aquellas que se conectan un poco más con lo comercial.
Uno de los nombres más visibles de esto es Novalima, quienes al igual que Kollantes comenzaron su camino con la fusión de la electrónica y los ritmos afroperuanos en 2003. Posteriormente ellos se convertirían en unos fuertes embajadores de la electrónica peruana para exportación con el lanzamiento de su álbum Afro en 2006. Siguiendo por la línea estética de Novalima podemos encontrar a RadioKijada (formado por Chris H. Muller de Gotan Project y Rodolfo Muñoz) quienes en 2009 lanzaron el álbum “Nuevos Sonidos Afroperuanos”. Otro ejemplo es Afroloop (Pepe Alva y Javier Lazo) quienes en 2015 comenzaron a explorar un acercamiento chillout a la música de peña afroperuana, imprimiendo todo esto en su álbum Jarana Rave de 2017.
Novalima - Chinchiví
Radiokijada - Zapateo cn Ron
Si continuamos por esta línea inspirada por Novalima hasta la actualidad podríamos decir que Vitu Valera sería el siguiente en la línea. Éste es un Dj de house de la nueva generación quien comenzó a trabajar con las fusiones de lo afroperuano a partir de una invitación a remixear la música de Novalima, y que recientemente publicó un EP con este concepto a través de la disquera de Nickodemus’ “Turntables on the Hudson''.
Vitu Valera - Kalikumba
Un ejemplo de los acercamientos más comerciales a esta fusión, aunque un tanto aislados de la línea estética de Novalima, es la canción Festroni-k de La Fabri-K. Este es un track viral de 2013 en el cual buscaban colocar los ritmos afroperuanos en el mainstream al empalmarlos con el tribal mexicano de 3ball Mty’s y su hit “Intentalo”.
La Fabri-K - Festroni-K
Regresando a las escenas alternativas que se desprenden de la línea de trabajo de Kollantes podemos encontrar una lista igualmente diversa. También en el texto de Luis Alvarado hay una mención al edit de Cajuelat hecho por Rapapay para su álbum Amaparay de 2003. Luego en 2010 está La Elegante & La Imperial mezclando dubstep con festejo y landó en “Lundu Lando”, así como Orieta Chrem haciendo algo similar con techno en su track “Pa Chincha”.
Elegante & La Imperial - Lunu Lando
Orieta Chrem - Pa Chincha
En 2014 encontramos un par de lanzamientos cuyo sonido todavía permea mucho en los lanzamientos de electrónica inspirada en las influencias afroperuanas actual, un choque entre los acelerados ritmos de festejo y el corte a medio tiempo del trap, con un sabor que recuerda mucho los primeros lanzamientos de Clap Clap!. Uno de ellos es “Un Hasta Luego” de Tribilin Sound, lanzado en su Peruvian Cassette EP. El otro es “R2” de Dengue Dengue Dengue, un single publicado por soundcloud que luego de un par de años aparecería en su álbum “Siete Raíces” para Enchufada en 2016.
Tribilin Sound - Un Hasta Luego
Dengue Dengue Dengue - R2
Otro ejemplo interesante de estas exploraciones se puede encontrar en “Frutero” del álbum de ese mismo nombre de Animal Chuki en 2015, en la que samplean letras del ícono de la música afroperuana Nicomedes Santa Cruz. En esta canción el sonido de su música todavía se siente muy cercana a la cumbia digital popularizada por ZZK Records, sin embargo se empieza a ver un claro interés por explorar un nuevo camino.
Visto desde afuera parece como si 2016 fuera un punto de quiebre en esta escena musical. Este es el año en el que Dengue Dengue Dengue! publicó “Siete Raíces”, un álbum en el que la búsqueda está más ligada a las influencias afroperuanas, como lo muestran tracks como R2, La Rama de Tamarindo y Dubcharaca. Adicionalmente, en ese año este dúo de productores comenzaron a promover la fiesta “Afronoise” en Lima, un evento enfocado a los ritmos electrónicos africanos. Es probable que el entorno ya estuviera sugiriendo a la comunidad de productores locales que había una nueva efervescencia sucediendo alrededor de lo africano. Sin embargo, debido a la gran visibilidad de Dengue Dengue Dengue, podemos intuir que estos dos eventos fueron claves para reafirmarle a la comunidad local de artistas que se había abierto un nuevo camino sonoro para explorar.
Desde ese entonces, hemos visto un aumento constante de producciones y sets que gravitan hacia la electrónica fusionada con referencias afroperuanas. De alguna manera los eslabones más recientes de esta línea musical se pueden encontrar en nombres como Vudufa, Afrobomba o Selvagia, proyectos que desde su creación tienen un objetivo bastante claro de explorar este tipo de electrónica híbrida.
Vudufa - Carimba
Afrobomba - La Voz
Selvagia - Imanes
La conciencia social sobre la herencia afroperuana y la evolución natural de la escena lleva a los artistas a explorar este tipo de sonidos
Existen muchas razones por las cuales los músicos de electrónica en Perú están explorando los sonidos afroperuanos. Si miramos al contexto social, hay pistas que sugieren que en los últimos años la opinión pública ha puesto más atención en reivindicar los derechos y la identidad de los afroperuanos en Perú. Esto se ve reflejado en el hecho de que el Censo Nacional de 2017 re-introdujo una variable con la que las personas se pueden identificar a sí mismos como afro descendientes.
Otro factor que impulsa estas nuevas exploraciones tiene que ver con los ciclos naturales de las escenas musicales. De alguna manera 2015 es un año en el que la escena del global bass y cumbia digital de Lima comenzó a perder un poco de su inercia. En una entrevista para este artículo Qechuaboi menciona que él sentía que de 2010 a 2015 era un gran momento para esa escena en la ciudad. Para él no era extraño tener hasta 3 shows en una noche, en clubes llenos de personas como Noize, Help, El Dragon, Toro Bar, y tocando en fiestas como la TOMA! de Colectivo Auxiliar o las producidas por Terror Negro. Sin embargo, esto comenzó a perder vitalidad alrededor de 2015, en parte, por la fuerza con la que el reggaetón entró en los bares y clubes de la ciudad (nota: 2015 es el año que J. Balvin publicó “Ginza) .
La pérdida de momentum de esta escena no solo fue ocasionada por la entrada del reggaetón a los lugares de música latina-alternativa. En general el global bass estaba cambiando de dirección. También en ese año de 2015 es cuando ZZK, la disquera que inspiró mucho de lo que pasó con la cumbia digital en Lima, publicó “Prender El Alma” de Nicola Cruz. El éxito de este álbum se convirtió en una referencia de que había un nuevo camino para esta escena, haciendo que mucha gente perdiera interés en esa cumbia de alto voltaje hecha para reventar pistas y cambiar al downtempo de la folktrónica.
Este proceso fue reforzado por la creciente popularidad de la música electrónica pan-africana en Europa. Como lo mencionamos en un artículo anterior sobre los afrobeats, desde 2012 la música electrónica africana se ha vuelto mucho más popular en Europa gracias al papel de las diásporas de Ghana y Nigeria para revalorar sus raíces africanas. Tal como este género ha visto el aumento en popularidad de artistas de pop como Wiz Kid o Burnaboy, los circuitos alternativos de electrónica han estado prestando atención más y más a artistas como Gafacci o Hagan. De esta manera podemos ver varios ejemplos en los que artistas de global bass empiezan a dejar de lado las influencias latinoamericanas para mirar hacia lo africano. Uno de ellos se encuentra en Daniel Haaksman. Luego dehaber sido reconocido como un embajador del Baile Funk brasileño en Alemania a través de su label Man Recordings, a inicios de 2016 dejó de lado las exploraciones pan-latinas para lanzar un disco completamente afro-céntrico llamado “African Fabrics”.
Una escena ecléctica con potencial para ser promovida por un “curador”
Como decíamos al iniciar este texto, a pesar de que en los últimos años hay cada vez más música electrónica afroperuana dando la vuelta, los espacios para construir esta escena todavía son limitados. A nivel de calle, las cuarentenas del Covid - 19 han frenado la posibilidad de hacer eventos en vivo y todo tipo de fiestas con personas en una misma pista de baile. A nivel virtual, todavía hace falta un foro, blog, grupo de facebook, o inclusive una lista de Spotify comunal que se enfoque directamente en este tipo de música.
El Covid - 19 no es el único elemento que está frenando el crecimiento de la escena. La naturaleza propia de los ritmos afroperuanos también juegan un papel relevante en ello. Contrario con lo que sucede con la cumbia y su directo golpe de cencerro en 4x4, los ritmos afroperuanos son mucho más complejos, quebrados, a veces en métricas de ¾ y con armonías que tienen mayores tensiones. Esto crea una limitación técnica para que cualquier productor se pueda subir a esta tendencia musical con facilidad. Es por eso quizás que este proceso no ha sido acompañado de un sin fin de dj bootlegs apareciendo por toda la red, sino que la mayoría de los artistas trabajando en este estilo están enfocados en crear producciones originales.
Otro factor que limita la expansión de esta escena es que parecería que ninguno de los artistas haciendo las canciones de electrónica inspirado en lo afroperuano más visibles están con intenciones de solo ser catalogados dentro de esta etiqueta. En varias entrevistas Dengue Dengue Dengue ha expresado que no quieren que la gente y los medios los consideren sólamente un acto de electrónica inspirado en los ritmos afroperuanos, de la misma manera como siempre han renegado de solo ser considerados un artista de sólo cumbia digital. Esto es lo mismo para otros proyectos, como Vudufa, quienes pueden alejarse de lo afroperuano sin mucha preocupación y soltar un EP inspirado en el dembow y la cumbia, o Tribilin Sound, quien se dedica a constantemente publicar música de distintos tipos de géneros.
Además de eso, vale la pena notar que los artistas entrevistados para este texto fueron bastante cuidadosos al hablar sobre la cultura afroperuana. Cada uno de ellos señaló que es importante que quien trabaje la fusión de este tipo de música junto con la electrónica tenga una conexión honesta con la cultura afroperuana y dentro de lo posible involucre directamente a miembros de ésta. Un par de ejemplos de estos ejercicios se pueden ver, por un lado, en la manera en la que Dengue Dengue Dengue colabora desde hace unos años en conjunto con la familia Ballumbrosio de Chincha para montar su show en vivo. Por otro lado, en un comentario de Vudufá donde señalaron que las voces que usan en sus canciones fueron grabadas por un conocido presentador de peñas criollas y fiestas salseras (conocidas como cubanadas, un estilo de fiestas de salsa en donde también suelen tocar agrupaciones de música afroperuana), además de incluir en sus grabaciones al percusionista afroperuano Joel Caballa. En este sentido, además de que los artistas más visibles de esta fusión musical son renuentes a ser catalogados en un solo tipo de música, algo que limita la explotación a gran escala de esta escena es una cierta preocupación por la apropiación de cultura afroperuana por su comunidad de artistas.
A pesar de todas estas riendas, la escena tiene un elemento muy importante que la sigue impulsando a nuevas fronteras, una buena cantidad de eclecticismo. A inicios de los 2000's hubiera sido casi impensable poner la música de Novalima en la misma categoría que la de Kollantes. Sin embargo, hoy en día parece que ambos lados del espectro están convergiendo en el mismo punto. Esto lo podemos ver al escuchar un set reciente de Qoqeqa en el que realiza una travesía coherente entre las canciones más “world music” de Novalima y Vitu Valera con aquellas más “subterráneas” de Deltatron o Tribilin Sound. Además de eso, este set de electrónica fusionada con sonidos afroperuanos también incorpora influencias amplias que van desde el Tribal Mexicano al Baile Funk Brasileño y un poco de UK Funky, por nombrar otras. Esto es algo que también se siente al escuchar la variedad de estilos que tienen los tracks de la compilación “Ritmo Diablo” de Terror Negro Records o al recorrer aquellos tracks con toque afroperuanos de los últimos lanzamientos de Matraca Netlabel. Este tipo de eclecticismo es importante porque no solo permite que la música de la escena siga innovando sino que ayuda a atraer hacia ella a distintos tipos de públicos.
Qechuaboi - Carajo Riddim
Youk & Lukro - Fuego (Nicomedes Santa Cruz Tribute)
Esto nos lleva a un momento muy interesante en el que existe una comunidad ecléctica e innovadora de productores usando todo tipo de electrónica inspirada en lo afroperuano para llenar el vacío que dejó el alentamiento de la cumbia digital en Perú. Lo que quizás haría falta para que esto se dé a toda velocidad sería que alguien realizara un trabajo de venta o conceptualización de esta escena hacia ese público más amplio. Si estuviéramos en medio de los 2000’s podríamos esperar que algún personaje del tipo Diplo o Toy Selectah ya hubiera agarrado un vuelo a Perú para tratar de “curar” este nuevo sonido a audiencias de Estados Unidos o Europa. Sin embargo, hoy en día ese proceso está menos de moda ya que una comunidad de artistas locales como la de la electrónica inspirada por los ritmos y sonidos afroperuanos está tan conectada con los mercados de Estados Unidos y Europa como lo están estos “curadores” externos que mencionamos.
Por ello, parece que existe una oportunidad para que alguien de la comunidad local haga este trabajo de “branding” de la escena y se la pueda presentar a una audiencia mayor. Como vimos anteriormente, muchos de los artistas de esta escena están escépticos de ser catalogados únicamente bajo la categoría de electrónica inspirada en la cultura afroperuana. Por lo que quizás deba ser otro tipo de personaje quien tenga que hacer este trabajo, quizás una productora o un colectivo de artistas que involucren otras disciplinas. Será cuestión de esperar a ver si esto puede suceder antes de que esta tendencia cumpla su ciclo natural y la comunidad de artistas a su alrededor se dirijan a nuevas exploraciones musicales.
¡Que texto tan chingon, gracias Pablo!
muy bien!
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